3 lecciones que aprendí al usar rituales de escritura
Hablemos de los rituales de escritura. ¿Sabías que algunos escritores se entrenan para escribir mejor utilizando rituales de escritura?
Cuando todavía estaba definiendo mi proceso, me gustaba la idea del escritor bohemio. Ya sabes cúal: el artista torturado que se queda despierto toda la noche escribiendo hermosa prosa entre una nube de humo de cigarro, leyendo líneas en voz alta con una voz manchada de whisky. Pero ese no era mi estilo. Mi estilo en ese entonces era más bien el de un escritor que batalla para encontrar el ✨tiempo para escribir✨. Cuando lo encontraba, no tenía inspiración y acababa desistiendo y pensando que debía estar sufriendo un bloqueo de escritor. Resulta que solo necesitaba darle una oportunidad a los rituales de escritura.
¿Qué es un ritual de escritura?
Un ritual de escritura es un conjunto de comportamientos o acciones que se repiten antes de una sesión de escritura para entrenar al cerebro a concentrarse y ser más productivo. Estos comportamientos varían de un escritor a otro. Pueden ser simples, como prepararse una taza de café justo antes de sentarse a escribir, o un poco más complejos, como escuchar ritmos binaurales y comprometerse a terminar algo. Algunos escritores meditan, empiezan sus días a las 4 de la mañana, pasean a sus perros, ven la televisión o llevan un atuendo específico para escribir con el fin de engañar a sus cerebros para que sean productivos y apagar todos los deseos de procrastinar.
¿Quién debería utilizar los rituales de escritura?
Los rituales de escritura son para las personas que, como yo, tienen dificultades para establecer y mantener una rutina. Headspace sostiene que la rutina beneficia la creatividad y la productividad, pero ¿cómo nos proponemos crear una rutina que acabe convirtiéndose en un hábito?
En su libro El poder del hábito, Charles Duhigg explica que un hábito se forma siguiendo tres pasos importantes:
Señal: “Un acto desencadenante que le dice a tu cerebro que entre en modo automático y elija qué hábito usar”.
Rutina: Una secuencia de acciones que “puede ser física, mental o emocional”.
Recompensa: Un refuerzo positivo que ayudará a “tu cerebro a averiguar si vale la pena recordar este circuito de acciones en particular para el futuro”.
Con los rituales de escritura, los comportamientos que realizas antes de tus sesiones de escritura se convierten en las señales. Supuestamente, después de repetir suficientes veces el mismo conjunto de comportamientos, tu cerebro sabrá que es el momento de escribir y liberará toda la energía creativa que necesitas. Después de aparecer frente a tu escritorio con la intención de escribir todos los días, tu ritual se convertirá en una rutina e incluso en una segunda naturaleza.
Lo sé, lo sé, todo suena muy pavloviano. Cuando me propuse probarlo, también tenía mis dudas. Mi ritual era sencillo: Me levantaba a las 6 de la mañana, me duchaba, preparaba café y me sentaba a escribir. Mi ritual de escritura no sólo se convirtió en una poderosa herramienta para crear mi rutina de escritura, sino que también me enseñó algunas cosas sobre el proceso de escritura y sobre mí misma.
Conclusiones
1. ESCRIBIR CUANDO ERES MÁS PRODUCTIVO PUEDE SER UNA HERRAMIENTA PODEROSA.
¿Cuándo tienes más energía? ¿Te sientes renovado cuando te levantas o te sientes más despierto por la noche? Gracias al uso de rituales de escritura, descubrí que soy madrugadora. Para mí no hay mejor momento para escribir que al amanecer, así que ¿por qué iba a ponerme a trabajar cuando soy menos productiva?
2. UN RITUAL PUEDE AYUDARTE A DETERMINAR TU ESTILO DE ESCRITURA.
Si todavía tienes que averiguar tu estilo de escritura, los rituales pueden ser justo lo que necesitas. Has salido a pasear, te has preparado un café y has escuchado tu música favorita, pero todavía te cuesta escribir. Quizá lo que necesitas es planificar tus sesiones de escritura. Yo he resultado necesitar más planeación de lo que pensaba. Incluso después de hacer todos mis rituales favoritos, no podía concentrarme ni ser tan productiva como quería. Resultó que necesitaba planificar mis capítulos para aumentar mi productividad. Los rituales me daban la voluntad de escribir, el planear me daba la organización que mi cerebro necesitaba para tener éxito.
3. UNA RUTINA PUEDE SER LA RESPUESTA AL BLOQUEO DEL ESCRITOR.
El siempre temido bloqueo del escritor, esa sensación abrumadora de no poder escribir en absoluto, podría curarse estableciendo una nueva rutina. Estuve atascada en el mismo lugar de una historia durante un año, y un nuevo conjunto de rituales de escritura hizo maravillas para sacarme de ahí y empezar a escribir de nuevo. Desde que encontré los rituales de escritura que mejor me funcionan, he sido capaz de salir de las sequías creativas más rápido que antes. Siempre que me atasco, vuelvo a lo básico: Levantarme temprano, tomar cafeína y sentarme a escribir.